Sociedad del riesgo y comunicación social de la ciencia: Apropiación social del conocimiento científico relevante en el marco de conflictos ambientales. El caso de un desastre ecológico en el sur de Chile

La ubicuidad y magnitud de la crisis ambiental contemporánea ha dado lugar a desafíos completamente nuevos para la sociedad moderna, lo cual, en las últimas tres décadas, ha estimulado nuevos desarrollos en teoría social para intentar comprender este escenario emergente. Entre los enfoques teóricos que han sido planteados, la teoría de la sociedad del riesgo (TSR) permite comprender los problemas ambientales como parte de la crisis más amplia de la modernidad. En este marco, dichos problemas son considerados como "auto-producidos" por la sociedad moderno industrial. En los casos de problemas agudos, que llamamos "conflictos ambientales", los actores sociales se ven involucrados en lo que podemos llamar "campos de riesgos" auto-producidos por las instituciones de la sociedad moderno industrial. Comprendidos del modo señalado, los campos de riesgo son situaciones que permiten apreciar el plano de fractura entre dos fases diferentes de la modernidad que coexisten en el presente: la modernidad industrial, o primera modernidad, y la modernización reflexiva, o segunda modernidad. En el marco teórico señalado, los actores involucrados en un conflicto ambiental se ven expuestos a actuar en medio de la contradicción de estar experimentando, por una parte, un tipo de problema propio e la segunda modernidad y, por otra parte, de verse obligados a operar con los arreglos institucionales propios de la primera modernidad para intentar la resolución del problema. Esta investigación estudia cómo se posicionan, en término de visiones paradigmáticas de primera o segunda modernidad, cinco actores relevantes en un caso conspicuo de conflicto ambiental ocurrido en el sur de Chile entre 2004 y 2005. Los actores considerados son los organismos públicos con autoridad ambiental, la empresa causante del daño, el movimiento ciudadano local, la comunidad científica, y la prensa local. El método fue diseñado para medir y caracterizar la reflexividad, o ausencia de ella, respecto de la ciencia y el conocimiento científico, en todos los actores. La medición se hizo analizando las comunicaciones públicas auto-atribuidas de los primeros cuatros actores, más los artículos informativos de la prensa escrita local. Los resultados muestran una relativamente alta reflexividad del grupo ciudadano, y nula reflexividad hacia la ciencia y el conocimiento científico tanto en los organismos públicos ambientales como en la empresa, introduciendo este último actor algo de anti-reflexividad en el caso.