Variaciones en la calidad y cantidad de agua en aguadas asociados a perturbaciones climáticas y antropogénicas en bosques tropicales

Actualmente, la preservación de las áreas naturales como los bosques tropicales, es un tema de gran relevancia, asociado a los servicios ecosistémicos que ofrece permitiendo el desarrollo socio-económico de una población haciendo un uso sustentable de los recursos naturales. En este tipo de ecosistemas, el suelo y la vegetación son claves para definir la calidad del agua; sin embargo, estos están sujetos a regímenes de perturbación. Un ejemplo de ello es la conservación de cuerpos de agua llamados aguadas en los bosques tropicales ubicados en la Reserva de la biosfera Calakmul al sureste de México. Al deteriorarse o perder estos cuerpos de agua, el ecosistema presenta cambios en su diversidad funcional, es decir, que no se puede mantener su estabilidad, funcionalidad y salud. En 2018, la aguada La Ceiba presentó trazas de arsénico y vanadio en muestras de suelo y agua, cuya procedencia no fue posible determinar. En 2023, tras una severa sequía, y el abandono del cuerpo de agua por el ser humano, la aguada se secó. Tras un muestreo suelo alrededor de la aguada se obtuvo que tanto el arsénico como el vanadio ya no estaban presentes. Los resultados permiten inferir que en efecto la presencia de estos metales estaba directamente relacionada a las actividades que el ser humano desarrollaba alrededor de la aguada y tras su abandono el sistema lo eliminó permitiendo el fortalecimiento de las interacciones ecológicas. Esto se puede traducir en la recuperación del cuerpo de agua en un corto tiempo con una calidad de agua aceptable siempre que se cuente con la ayuda del ser humano.