Repetición y filiación en Una misma noche de Leopoldo Brizuela: el poder de la ficción

La experiencia de la violencia que impregnó a la sociedad argentina en la década del 70 la ha llevado a desarrollar diferentes formas de memoria: las memorias personales de protagonistas y "memorias sociales" que necesitan compartirse para evidenciar que hubo un pasado que no se vivió a solas. La literatura argentina contemporánea revela la pugna de memorias a medida que las urgencias sociales van modelando la forma cómo la sociedad se aproxima, a la vez que toma distancia temporal, de la violencia arrasadora experimentada. Ganadora del concurso de Novela Alfaguara 2012 con el título "La repetición", Una misma noche de Leopoldo Brizuela se construye en dos tiempos narrativos relatados por un mismo narrador en primera persona, el escritor Leonardo Bazán: 2010 y 1976. En las secciones ubicadas en 2010 se siguen los días de Leonardo adulto y el proceso de escritura de una novela situada en los años 70 en la que él mismo es personaje; y las secciones ubicadas en la década del 70 presentan los textos ficcionales que Leonardo ensaya para intentar relatar un episodio en una noche del año 1976. Este trabajo estudiará la relación entre los dos relatos bajo el eje del concepto de la repetición como marca traumática que se dispara a partir de una vivencia presente y que sólo a través de su ficcionalización podrá ser incorporada y resignificada desde el presente, en la pluma de un escritor: el propio Leonardo Bazán. El recuerdo de hechos ocurridos tres décadas antes aflora en el personaje apenas iniciada la narración. El disparador es la correlación entre dos incidentes: el robo a la casa de sus vecinos (ocurrido en el presente de la narración, 2010) y la entrada a esa misma casa de un comando el año en el que se inició la dictadura militar en Argentina (1976). Los dos incidentes y su superposición en la enunciación del narrador darán lugar a una lucha del joven escritor por articular, a través de la creación ficcional, esa experiencia de la infancia que sólo duró diez minutos, período en el que se encierra el enigma que deberá dilucidar el narrador en el texto que va generando en su computadora. El proceso de recuperación de la experiencia del niño vivida en los años 70 revela (u oculta) más de lo que (se) esperaba: las sombras del padre y de la madre, y del propio niño que él era, esa noche, plantean las preguntas: ¿qué hizo cada uno de los tres? ¿Qué gesto de su padre y de su madre impregnaron o contaminaron al adolescente que compartía la casa con sus padres? La n