Retrato de Teresa

Decimos que la producción de Retrato de Teresa se hace en una coyuntura histórica emblemática, ya que unos escasos cuatro años antes, el 14 de febrero de 1975, se aprueba el Código de la Familia que viene a reemplazar el Código Civil español de 1888 que era el que todavía regulaba legalmente las relaciones familiares en las isla. Sin embargo, tal como lo representa la película de Pastor Vega, a finales de los 70, al igual que es muy generalizado hoy en día, la mujer cubana sigue siendo el sostén doméstico de la familia, aun cuando cumpla con deberes laborales fuera del hogar. Sin embargo, la narrativización de los conflictos Mujer/Hombre son prácticamente miméticos, donde la mujer no sólo siente el peso del patriarcado pero también existe la búsqueda de una identidad propia que en la sociedad marxista cubana es doblemente difícil de encontrar debido al empuje oficial a la uniformidad de la sociedad: "todo no puede ser lavar, cocinar, planchar; yo quiero ser YO no una esclava como mi mamá, mi suegra" expresa Teresa en uno de sus diálogos con su marido Ramón (Adolfo Llauradó). Sin embargo, aun cuando Retrato de Teresa es una película de su tiempo en cuanto que fielmente refleja los pocos cambios acaecidos en Cuba luego de 20 años de gobierno revolucionario en Io que respecte al papel doméstico y público de la mujer, si pretende romper con estas tradiciones asentadas denunciando la situación de la mujer a final de los 70 y proveyendo una alternative El final del film va a reflejar una toma de conciencia por parte de Teresa que conlleva a que ella deje a Ramón y tenga la posibilidad de llevar a cabo su vida personal y profesional fuera de su matrimonio.