ALBALUCÍA ÁNGEL EN SUS PROPIAS PALABRAS/ALBALUCÍA ÁNGEL IN HER OWN WORDS
Cuando me quedé muda me iba a los bosques de Francisco de Asís -que son olivos- para no perder la voz, y cantaba y cantaba sola, y hablaba con los pájaros para no perder mi voz; empecé a hablar mis idiomas, esos antiguos, y vi que parte era castellana y griega, claro. Se me dio la voz de entrada, ca...
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Veröffentlicht in: | Estudios de literatura colombiana 2016-01 (38), p.199 |
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1. Verfasser: | |
Format: | Artikel |
Sprache: | spa |
Online-Zugang: | Volltext |
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Zusammenfassung: | Cuando me quedé muda me iba a los bosques de Francisco de Asís -que son olivos- para no perder la voz, y cantaba y cantaba sola, y hablaba con los pájaros para no perder mi voz; empecé a hablar mis idiomas, esos antiguos, y vi que parte era castellana y griega, claro. Se me dio la voz de entrada, cantaba sin parar, con eso viví en Europa con una guitarra japonesa sorda que nunca aprendí a tocar, pero yo sabía que la voz se iba volviendo más poderosa. Pero cuando veía unos ojos que me miraban, soltaba la voz y todos se quedaban en silencio, porque como decían en la época antigua: "No hay que tirarle margaritas a animales que no lo merecen". Pájara en vuelo alto Como rayo de luz que considero que soy y como el alba de la luz del ángel que acepto con toda la humildad que me produce el maestro Francisco de Asís, considero que esos libros se escribieron con un propósito. Somos el norte del sur, somos la voz. ¡Cómo habrá de oscuridad y cómo habrá de luz que no hemos podido equilibrar luz y oscuridad! |
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ISSN: | 0123-4412 |
DOI: | 10.17533/udea.elc.n38a10 |