A MODO DE PRÓLOGO

Barranquilla, más que arquitectura, arena de encuentros y desencuentros, es el inicio de un trabajo sobre la ciudad. Pero no la ideal, descrita en la Política, y en donde el Estagirano expuso sus teorías acerca del mejor gobierno de la ciudad; aquella en la que con deliberado intento se permite el paso de la vida espiritual hacia la virtud, medio para alcanzar la felicidad del individuo, puesta al servicio de la comunidad. Esa, siguiendo a Cervera Vera (1970, p. 23)³, en la que el individuo perfeccionado, junto con otros, será el que habite la ciudad, concebida como “la comunidad de