EL RESCATE DE LA EXPERIENCIA VITALISTA EN BERGSON

Hasta inicios del siglo XX en Occidente se concebía sin difucultad el tiempo como una dimensión tan estable y tangible como el espacio. Tradicionalmente se le ha percibido como un parámetro de la realidad al que es posible asociarle unidades de medida (segundo, minuto, hora, etcétera…) que supuestamente permiten medir sus cantidades. En este sentido, el procedimiento ha sido el mismo que se aplica a las cantidades espaciales cuando se les pretende medir mediante unidades estandarizadas (centímetro, metro, kilómetro, etcétera…). Semejante a una serpiente que se muerde la cola, el espacio y el tiempo han sido concebidos y aceptados como