Osteoporosis, densidad mineral ósea y complejo CKD-MBD (II): implicaciones terapéuticas

La osteoporosis (OP) y la enfermedad renal crónica (ERC) influyen independientemente en la salud ósea. Numerosos pacientes con ERC presentan una disminución de densidad mineral ósea (DMO), un elevado riesgo de fracturas por fragilidad ósea y un incremento de su morbimortalidad. Con el envejecimiento...

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Veröffentlicht in:Nefrología 2019-05, Vol.39 (3), p.227-242
Hauptverfasser: Bover, Jordi, Ureña-Torres, Pablo, Laiz Alonso, Ana María, Torregrosa, Josep-Vicens, Rodríguez-García, Minerva, Castro-Alonso, Cristina, Górriz, José Luis, Benito, Silvia, López-Báez, Víctor, Lloret Cora, María Jesús, Cigarrán, Secundino, DaSilva, Iara, Sánchez-Bayá, Maya, Mateu Escudero, Silvia, Guirado, Lluis, Cannata-Andía, Jorge
Format: Artikel
Sprache:spa
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Zusammenfassung:La osteoporosis (OP) y la enfermedad renal crónica (ERC) influyen independientemente en la salud ósea. Numerosos pacientes con ERC presentan una disminución de densidad mineral ósea (DMO), un elevado riesgo de fracturas por fragilidad ósea y un incremento de su morbimortalidad. Con el envejecimiento de la población estos hechos no son dependientes solo de la «osteodistrofia renal» sino también de la OP asociada. Dado que la DMO tiene capacidad predictiva en pacientes con ERC (parteI), ahora analizaremos las implicaciones terapéuticas derivadas. Análisis post hoc de estudios aleatorizados han mostrado que fármacos como alendronato, risedronato, raloxifeno, teriparatida o denosumab tienen una eficacia comparable a la población general en pacientes con una disminución leve-moderada del filtrado glomerular (especialmente ERC-3). Estos estudios tienen limitaciones, pues incluyen mayoritariamente mujeres «sanas», sin diagnóstico conocido de ERC y habitualmente con parámetros normales de laboratorio; sin embargo, también existen datos positivos preliminares en estadios más avanzados (ERC-4) y más limitados en ERC-5D. Por todo ello, al menos en ausencia de alteraciones significativas del metabolismo mineral (i.e., hiperparatiroidismo severo), el beneficio potencial de dichos fármacos debería ser considerado en pacientes que presenten un riesgo de fractura elevado o muy elevado. Es novedad importante que las nuevas guías no condicionan su uso a la práctica de una biopsia ósea previa y que el beneficio/riesgo de estos fármacos podría estar justificado. Sin embargo, debemos considerar que la mayoría de estudios no son consistentes y tienen un bajo grado de evidencia, por lo que la indicación farmacológica (riesgo/beneficio) debe ser individualizada y prudente. Osteoporosis (OP) and chronic kidney disease (CKD) both independently affect bone health. A significant number of patients with CKD have decreased bone mineral density (BMD), are at high risk of fragility fractures and have an increased morbidity and mortality risk. With an ageing population, these observations are not only dependent on “renal osteodystrophy” but also on the associated OP. As BMD predicts incident fractures in CKD patients (partI), we now aim to analyse the potential therapeutic consequences. Post-hoc analyses of randomised studies have shown that the efficacy of drugs such as alendronate, risedronate, raloxifene, teriparatide and denosumab is similar to that of the general population in patien
ISSN:0211-6995
2013-2514
DOI:10.1016/j.nefro.2018.10.009