Las joyas emblemáticas de Alfonso el Magnanimo

Uno de los ámbitos más creativos y originales de la orfebrería gótica fue sin duda el de la joyería emblemática. La singularidad de las divisas escogidas por los príncipes más selectos exigiría a los heraldos imaginativas soluciones y a los orfebres gran pericia técnica para materializarlas. Al igua...

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Veröffentlicht in:Anales de historia del arte 2015-02, Vol.24 SE 1, p.99-117
1. Verfasser: Domenge I. Mesquida, Joan
Format: Artikel
Sprache:eng ; spa
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Zusammenfassung:Uno de los ámbitos más creativos y originales de la orfebrería gótica fue sin duda el de la joyería emblemática. La singularidad de las divisas escogidas por los príncipes más selectos exigiría a los heraldos imaginativas soluciones y a los orfebres gran pericia técnica para materializarlas. Al igual que otros soberanos de su época, Alfonso el Magnánimo (1396-1458) sucumbió de lleno en las modas emblemáticas y quiso lucir sus divisas en forma de sofisticadas joyas (collares y broches) para el engalanamiento personal. El sitiperillos--o trono ardiente-, el libro abierto, el manojo de mijo y el nudo, son sus propios distintivos que manda representar por doquier y que se suman a los emblemas de la jarra y el grifo, identificativos de la orden caballeresca fundada por su padre Fernando de Antequera. Habiéndose perdido las obras, abundantes testimonios documentales y figurativos permiten evocar el aspecto y la riqueza de unas joyas que no fueron anodinos ornamentos, sino exquisitos objetos cargados de significación que connotaron profundamente la estética cortesana en el otoño de la Edad Media.
ISSN:0214-6452
1988-2491
DOI:10.5209/rev_ANHA.2014.48271