Repensar la ciudad desde el ecofeminismo

La propuesta realizada en el llamado de este número de Astrágalo se basa en la siguiente premisa: el urbanismo, proyectado y materializado esencialmente desde una visión patriarcal, capitalista y piramidal, ha dado total prioridad al empleo, asignado a los hombres, en tanto que género masculino; por lo tanto, debe ser repensado desde una óptica ecologista y feminista. Este urbanismo patriarcal ha tenido en cuenta solamente la esfera productiva. En cambio, las tres esferas restantes de la vida humana han sido marginadas e invisibilizadas: la esfera de la reproducción y los cuidados; la de la vida comunitaria, la interrelación y la actividad social y política; y la del desarrollo personal. Por ello, se puede hablar de urbanismo feminista, cuyo objetivo previo consiste en el reconocimiento crítico de la realidad desde las experiencias de las mujeres, en los contextos urbanos y rurales, para entender qué del espacio construido afecta en la desigualdad sistémica entre mujeres y hombres. En los estudios y análisis de áreas urbanas, la premisa de trabajo de los grupos feministas han sido la realidad y las experiencias directas. Para ello se realizan los recorridos urbanos de reconocimiento, inspirados en la deriva situacionista, que preceden tanto a las marchas exploratorias como a los recorridos cotidianos, en los que las mujeres del barrio lo recorren en grupo, compartiendo sus historias y experiencias, y explicando las razones y significados de cada enclave y las percepciones de cada espacio urbano concreto. Tomar la calle es un acto de rebeldía y de acción política.