El viaje como método. Una historia contada por Miguel Fisac
En la década de los años cuarenta del siglo pasado, el recién titulado en la Escuela de Arquitectura de Madrid, Miguel Fisac, comienza su práctica profesional influenciado por las referencias neoclasicistas aprendidas en su etapa académica. Sin embargo, su marcado carácter inconformista hace que se...
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Zusammenfassung: | En la década de los años cuarenta del siglo pasado, el recién titulado en la Escuela de Arquitectura de Madrid,
Miguel Fisac, comienza su práctica profesional influenciado por las referencias neoclasicistas aprendidas en su
etapa académica. Sin embargo, su marcado carácter inconformista hace que se revele ante este clasicismo
estilístico y tipológico imperante en la arquitectura española del momento, buscando un nuevo sistema
metodológico de creación que se convierta en su seña de identidad, y que consiga establecer un diálogo más
cercano con la arquitectura del resto de Europa.
Lejos de considerarse un erudito en cuanto a sus conocimientos arquitectónicos, Fisac reconocerá en el viaje
uno de sus métodos principales de análisis del panorama arquitectónico del momento. Visitando muchas obras
de arquitectura, analizándolas y enjuiciando con rigor las que le parecían más interesantes, Fisac consigue
acumular un amplio bagaje de experiencias que le sirven en su particular manera de organizar su ideal
arquitectónico para poder utilizarlo en su trabajo profesional.
Muchos y variados son los viajes que Fisac realiza por todo el mundo: Alemania en 1951, Extremo Oriente en
1953, Suiza en 1954, incluso una vuelta alrededor del mundo en 1955, son algunos de ellos, documentados en
cada caso con esmero en pequeñas libretas repletas de anotaciones y dibujos que, sin duda, servirán al
arquitecto como archivo de soluciones para planteamientos personales futuros. Podríamos decir que Fisac fue
uno de los pioneros españoles en potenciar el viaje como método esencial de la experiencia arquitectónica.
Tal vez el gusto por la visita arquitectónica fue motivado por su primer viaje fuera de las fronteras españolas. En
1949, ante la necesidad de informarse sobre cuestiones técnicas y científicas para acometer el proyecto del
Instituto de Microbiología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid, Fisac organiza un viaje
para visitar varios centros especializados de investigación en Francia, Suiza, Dinamarca, Suecia y Holanda.
Como él mismo ha declarado en varias ocasiones, este viaje iniciático le sirve al joven Fisac para ser consciente
de su lejanía conceptual respecto a los postulados del Movimiento Moderno, y su cercanía, en cambio, con el
modo de entender la relación con el hombre y el lugar de la arquitectura nórdica, entre la cual destacaba el caso
de Gunnar Asplund.
En este contexto, y con motivo de un trabajo de investigación planteado por una de las asig |
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