IMPACTO DE LA EXPOSICIÓN A METALES PESADOS EN LA PROGRESIÓN DEL CÁNCER RENAL

La exposición a metales pesados, incluso en concentraciones relativamente bajas, representa un riesgo importante para la salud humana debido a la incapacidad fisiológica para metabolizar y excretar estos elementos de forma eficiente. Entre las enfermedades asociadas a esta exposición destaca el cáncer de riñón por su agresividad y la dificultad de su detección precoz. Los principales metales pesados relacionados con la carcinogénesis son el cadmio, el arsénico, el plomo y el mercurio, que tienden a acumularse en los tejidos, provocando estrés oxidativo, disfunción mitocondrial y daños en el ADN, creando un entorno propicio para la carcinogénesis. Los mecanismos patológicos, como la interferencia en la expresión del gen supresor de tumores p53 y la activación del factor inducido por la hipoxia (HIF-1), favorecen la progresión tumoral, especialmente en el carcinoma de células claras, un subtipo con una fuerte correlación con la toxicidad de los metales. La exposición crónica a estos elementos compromete las funciones celulares esenciales y se asocia a signos inespecíficos como la proteinuria y la hipertensión arterial, lo que dificulta el diagnóstico clínico. Desde el punto de vista del diagnóstico, técnicas como el análisis de orina tras la administración de agentes quelantes y pruebas de laboratorio detalladas, combinadas con métodos de imagen, son fundamentales para la detección precoz de la intoxicación por metales pesados y sus complicaciones. En los casos en que la carcinogénesis renal está avanzada, la biopsia renal revela alteraciones características como necrosis tumoral y fibrosis. La investigación utilizó metodología bibliográfica, revisando la literatura de los últimos cinco años en bases de datos como PUBMED y Google Scholar. La exposición ocupacional en sectores como la industria de baterías y la minería plantea importantes cuestiones legales sobre la responsabilidad de las empresas y la protección de los trabajadores. Para prevenir la contaminación y reducir la incidencia de neoplasias asociadas a la exposición crónica a metales pesados son esenciales políticas estrictas de vigilancia y control.