Ser pintura para hacer refugios más que humanos: Fernández Cuesta y Yayoi Kusama

La negación de la libertad consiste en desvincular su trabajo del deseo. En el caso de las mujeres, el trabajo doméstico, tan imprescindible como invisible, se traduce en el cuidado del espacio en el que están encerradas y el de sus habitantes. La subversión acontece cuando el trabajo se hace visible y se vincula al deseo personal. Es entonces cuando cada mujer se construye en el cuidado a ella misma, mediante acciones liberadoras que les facilitan salir de su encierro, rompiendo sus límites físicos y mentales. María Ángeles Fernández Cuesta, “la pinturitas” y Yayoi Kusama son dos mujeres que a través de una acción gráfica, continua y libre, mediante el movimiento de sus cuerpos dejan huella y se apropian del espacio; toman el mundo como lienzo para compartir sus preocupaciones y obsesiones. Crean un imaginario radical que va más allá de las imágenes establecidas por el humanismo heteropatriarcal para incorporar narrativas más que humanas.