Las escritoras vistas por ellas mismas: Aurora Cáceres y "Mujeres de ayer y de hoy"

Sin embargo, son muchos los datos que nos quedan por completar en relación con su obra y con su biografía, que han sido excesivamente leídas en función de los hombres con los que convivió; en un primer momento, su padre, el general Andrés Avelino Cáceres (1836-1923), héroe en la época de la ocupación chilena, que sería presidente de la República en dos períodos (1886-1890 y 1894-1895) y posteriormente ministro plenipotenciario del Perú en Europa. Resulta visible que la época clásica de Grecia y Roma es la que le parece más significativa (es a la que le dedica un mayor espacio), pues si la primera ?abre el paraíso de la cultura? (36) en la que resalta cómo la mujer intentaba igualar la labor del hombre tanto en la vida social como en la intelectual, de lo que es prueba la importancia de la cortesana artista; en el caso de Roma, constata con placer que la ley inviste a la mujer de autoridad, por lo que pasa a documentar bastante pormenorizadamente estos aspectos basándose en la lectura de historiadores antiguos, como Tito Livio, pero, sobre todo, tal y como sucede en el caso de Grecia, en los trabajos de Paul Gide (43, 56), al que anteriormente nos referimos. La primera, porque para Cáceres el primer país es un ejemplo de cómo la mujer ha logrado hacerse visible en la sociedad, tanto en las sociedades de beneficencia fundadas en el siglo xix como en la escritura y en el periodismo, el caso de Juana Manuela Gorriti9 le resulta especialmente significativo, así como la actuación del importante Consejo Nacional de Mujeres, donde la mujer argentina está representada, emprende actividades y publica sus ideas: ?Esta es la única sociedad feminista que existe en Sur América, con carácter representativo e internacional? (183), nos dice. Tal vez por eso era necesaria la transición que representaban las mujeres argentinas, porque constata que la mujer peruana está dedicada exclusivamente al hogar, aunque no deja de enumerar cuantos nombres en las décadas pasadas y presentes han contribuido al progreso de la mujer, Clorinda Matto10 (190-191), Mercedes Cabello de Carbonera11 y algunas más (192-193): pero al final tiene que conceder: ?La obra social femenina aún es deficiente, la mayor parte de las sociedades las forman congregaciones religiosas? (202).