Peasants Against Globalization: Rural Social Movements in Costa Rica

En 1981, los costarricenses sintieron un inesperado sacudón cuando el país declaró una moratoria de los pagos de la deuda externa, un año antes del célebre "fin de semana mexicano", haciéndose así acreedor a la dudosa distinción de ser el primer país latinoamericano en declarar bancarrota: Sin embargo, la de Edelman es una historia singular de cómo los pequeños agricultures resistieron con cierto éxito el ataque del mercado libre y la erosión de la red de seguridad social, al mismo tiempo que su país, supuestamente, se convertía en un modelo de "mercado mágico" neoliberal. El libro se ocupa al mismo tiempo de la construcción social de la identidad a través de movirmentos sociales, la cual se manifiesta en el creciente rechazo del términe "campesino", con sus connotaciones de rusticidad carente de sofisticación y producción marginal, y la adopción del término "pequeño agricultor", denominación que "se transformó de una categoría relativamente neutra, utilizada por empleados del gobierno y cabilderos del sector agrícola, en una insignia de orgullo cargada de significado político" (pág. 8). En esta coyuntura, una dosis saludable de realidad empírica, tal como la que ofrece Edelman en este libro, parece ser un remedio necesario para los textos de los deconstruccionistas, en los que, pese a la retórica sobre dejar a los subalternes hablar, sus diversas caras y voces permanecen extrañamente esquivas. 1 La frase "comunidad imaginada" es acuñada por Benedict Anderson en su Imagined Communities: Reflections on the Origin and Spread of Nationalism (London: New Left Books, 1983).